España ha sido hogar de algunos de los poetas más relevantes de la historia y el 23 de mayo es un día memorable en este sentido: en 1627 falleció Luis de Góngora uno de los mayores exponentes del estilo barroco, y en 1842 murió José de Espronceda, reconocido representante del romanticismo español.

La poesía de Góngora estuvo marcada por su postura liberal. Fue pionero al mezclar la sátira con el humor. Sus innovaciones generaron un estilo bautizado como gongorismo o culteranismo. 

¿Sabías que Góngora tuvo un encontronazo poético con otros autores de la época, como Lope de Vega o Quevedo?. Este último le dedicó a Góngora un poema a su nariz: “A una nariz”

Góngora prácticamente no vio nada de su obra publicada. Una lástima, porque sería muy reconocido después y nunca llegó a saberlo. Sus poemas mayores, “Fábula de Polifemo y Galatea” y “Soledades”, marcaron a otros autores como Rafael Alberti y Federico García Lorca, que escribieron dos Soledades más, añadidas a las dos de Góngora.

Por su parte, José de Espronceda vivió parte de su vida en el extranjero debido su ideología revolucionaria. Fue activista político liberal y acabó siendo parlamentario en España, pero poco tiempo después de ser elegido falleció por difteria. 

Es uno de los máximos representantes del romanticismo español. Su ideología liberal y su personalidad, ya que era muy pasional, le delataban. Dos de sus poemas más destacables fueron “El estudiante de Salamanca” y el inacabado “El diablo mundo”. Otros buenos ejemplos de su estilo y obra son “A la muerte de Torrijos y sus compañeros”, que muestra su compromiso político, y “El reo de muerte”, que habla sobre la soledad del hombre romántico.